Meditar
Meditar es precisamente volver a tu centro, crear espacio entre tú y tu mente, convertirte en el observador de tus pensamientos y de todo lo que pasa dentro de ti.
Meditar es no hacer, simplemente ser. Meditar es convertirte en el centro del universo, el ojo del ciclón, el testigo desapegado de lo que pasa.
Por miles de años los grandes maestros de la humanidad han propuesto la meditación como el método para crear un centro en ti.
Ser honesto
La verdad os hará libres.
He aquí una disciplina espiritual que cambiara tu vida: Decir la verdad y enfrentar las consecuencias. Ser radicalmente honesto creará un centro en ti, redefinirá tu vida, sanará tus relaciones y te llenará de poder personal. La honestidad es el remedio para años y años de juegos manipulativos y mentiras, la honestidad derrumbara los pilares de esta sociedad hipócrita que hemos solapado y abrirá la puerta a una sociedad sana, justa y equilibrada.
– Y cada vez que llevo a cabo estas acciones más crece en mí un sentimiento de valía propia ¿no es así?
– Así es. Un círculo virtuoso en el cual afirmas tú valía en el presente, yendo hacia dentro, enfrentando y confrontando lo que es, tu verdad, lo que realmente sientes y necesitas.
Te darás cuenta de que todas estas acciones tienen que ver sólo contigo, en el momento presente y te traen de regreso. No es que estés esperando llegar a alguna parte o queriendo llegar a ser algo que no eres ya.
– Explícame eso de “disciplina espiritual”. ¿Qué tiene que ver lo espiritual con todo esto? ¿Te refieres a los mandamientos de la religión? ¿A no mentiras?…
– Los mandamientos son precisamente para personas sin centro que necesitan que alguien les diga cómo comportarse porque no confían en ellas mismas para distinguir lo que es correcto. Una persona con centro tiene su atención y su corazón para guiar sus acciones.
Esto tiene que ver con lo espiritual porque es una práctica que te acerca a tu centro: justo donde se encuentra la única posibilidad de hacer contacto con lo divino. Y ahora que lo mencionas, la religión, como está interpretada ahora, te aleja de tu centro. Eso es precisamente lo que buscan tus líderes religiosos.
– ¡Zaz! Ya vas con eso…
– Seguimos con eso, sí. Lo religioso no es espiritual, es justo lo contrario.