Hablemos de religión– dijo mi guía de pronto.
– Un tema delicado – le conteste tímidamente.
– Por ahí vamos a empezar. ¿Por qué es un tema tan delicado? ¿Por qué se habla con tanta cautela acerca de ello?
– Porque es algo que se considera sagrado.
– Claro, ¿qué más?
– Porque son las creencias que la gente considera más importantes.
– Muy bien, ¿Qué más?
– Porque la gente puede ofenderse y molestarse.
– Vas bien, ¿por qué la gente defiende tanto sus creencias religiosas?
– Pues porque de alguna forma explican su vida, explican de dónde venimos y a dónde vamos, quiénes somos, quién es nuestro padre, nuestra madre… explican la vida y la muerte… ¡Explican el significado de nuestra vida!
– Eso. Nuestras creencias religiosas están incluidas en el concepto que tenemos como personas. Así que si alguien habla de nuestra religión creemos que está hablando de nosotros también y sentimos que hay que defendernos.
– Así es, son las creencias más importantes.
– Bien, ¿no te parece extraño que, siendo tan importantes, no las hayamos elegido? ¿Qué no tengamos la posibilidad de cuestionarlas?
– ¿No las elegimos?
– No. Si naces en un país católico, eres católico. Al nacer te bautizan, te hacen luego la circuncisión, te confirman y haces tu primera comunión cuando eres apenas un niño.
– Sin embargo, cuando somos mayores tenemos la opción de cambiarla.
– Solo si eres capaz de superar el miedo que te infundieron, si tienes la fuerza para superar la culpa que te causaría y si tienes la valentía de abrir tu mente.
– Exageras.
– No lo hago, una de las premisas básicas de la mayoría de las religiones es el dogma de fe, es decir, que lo que te dicen es incuestionable.
– Bueno eso es cierto.
– El que cuestiona lo religioso es un hereje y un hereje es uno de los más grandes pecadores. Cuando inicio la religión quemaron a cientos de miles de herejes. Mataban y torturaban a cualquiera que se pusiera en su camino. Sobre todo a aquellos que cuestionaban la fe de manera inteligente y coherente.
– Bueno, eso también es cierto.
– Ahora bien, ¿Cuántas religiones conoces?
– Una, por supuesto.
– Espera, ¿Dijiste que la religión explica el significado de tu vida, que explica tu vida y tu muerte?
– Y más allá de la muerte.
– Y, ¿aceptaste la primera explicación que te ofrecieron?
– No tuve opción. ¡Ja! Tú mismo lo dijiste. O… ¿quizás estoy satisfecho con la explicación que me dieron? – dije sintiéndome como si hubiese anotado un punto a mi favor.
– Te da paz y consuelo ¿no?
– Si… – dije dudando.
– Mientes. Te llena de miedo, de culpa, de rechazo por ti mismo…
– ¡Hey! ¡Ya te estás pasando de listo! – le dije encolerizado- . No te metas por ahí…
– ¿Por qué no?– me dijo retándome.
– Porque la religión es algo bueno, es algo sagrado. Una de las pocas cosas buenas que le quedan al hombre.
– Pues no estoy de acuerdo.
Los líderes de la religión no buscan darte paz y consuelo. Buscan manipularte y explotarte. Te llenan de miedo, de culpa, de rechazo por ti mismo; esas son sus herramientas. Te tienen aterrado con sus amenazas del infierno y lleno de avaricia con sus promesas del paraíso, ese es su sistema.
Son despiadados: primero te convencen de que eres malo, de que eres un pecador, de que nada bueno puede salir de ti, de que necesitas ser salvado y después, ¿quién crees que puede salvarte? Ellos mismos por supuesto.
No tienen escrúpulos: predican sobre el amor y la compasión sentados en montañas de dinero y no mueven un dedo por ayudar a quien lo necesita. Hablan de paz y hermandad y su institución ha matado a más gente en la historia de la humanidad que todas las guerras mundiales juntas.
– ¿Por qué? ¿Por qué haría alguien algo así?
– Por inconsciencia, por ignorancia, por miedo. Porque ellos fueron tratados igual. Porque nos tocó a nosotros cambiar el estado de las cosas, no a ellos.
– Pero… si la religión es uno de los pilares de la sociedad – comente abatido.
– Tienes razón, sin la religión la sociedad no sería lo que es ahora, el ser humano no podría ser tan brutalmente explotado y manipulado.
La religión mantiene a los pobres tranquilos porque: “Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos. “
La religión mantiene tranquilo al que es explotado porque: “Hay una vida mejor más allá de la muerte para los pobres de espíritu. “
Calma al que sufre y evita que luche por sus derechos porque: “El sufrimiento enaltece el alma.”
Sin el auto-rechazo que promueve la religión, sería casi imposible enviar a los jóvenes a la guerra.
– ¿Cuál auto-rechazo? – dije exhausto, esto era demasiado para mí.
– El rechazo de tu sexualidad, la culpa alrededor de todo lo que es natural en ti, de la energía que te mueve, de la energía que te trajo a este mundo. Ese auto-rechazo.
– No, no, no. Espera – dije enérgicamente- , sin los límites que pone la religión este mundo sería un desastre.
– ¡Este mundo es un desastre!
– Pero, ¿sería peor? Todos seríamos unos pervertidos
– Todo lo contrario. El hecho de pensar que el sexo es malo, que es sucio y pecaminoso, es lo que hace que haya tantos problemas a su alrededor. Si se viera como es, algo tan natural como comer, como reír, como dormir; no habría esa obsesión que se ha creado.
– Me es muy difícil aceptar todo esto.
– No lo aceptes. Cuestiónalo, ponlo a prueba. Te dije que cuestionar tus creencias no es nada fácil.

– Apenas empiezo a entenderlo.

mañana nos leemos…