– ¿Puedes ver ahora que una de las causas de todos los problemas del hombre es el enorme vacío que siente?
– Busca a tontas y a locas algo que lo llene. Se siente poco valioso, incompleto, insatisfecho, asustado…
–  Se siente solo, desvalido, perdido, reprimido, rechazado, juzgado y criticado.
– Y lo que mueve su vida es la necesidad de llenar ese vacío a como dé lugar. Pero dices que busca en el lugar equivocado.
– Así es.
Trabaja como un loco, descuidando su salud, su familia y sus relaciones porque cree que cuando logre eso que se propuso se sentirá al fin bien acerca de sí mismo.
Bebe, usa drogas porque por unos momentos, se siente bien. Esas sustancias disuelven artificialmente las represiones que le fueron impuestas y se siente más confiado, más valiente, se atreve a hacer cosas que no puede hacer estando sobrio.
Come en exceso y esta gordo porque la comida es un sustituto del amor y su gordura es una capa de grasa que lo protege.  Lo mismo hace el que fuma, el cigarrillo sustituye los senos de su madre y el humo es un alimento, envenenado, pero alimento al fin.
Se vuelve un mujeriego, solo para probarse a sí mismo. Para confirmarse como ser humano y como “hombre”.
Se aferra a relaciones conflictivas porque cree que necesita al otro para estar bien.
Acumula tanto dinero y poder como le es posible, sin importar el precio a pagar y no se da cuenta de que su vacío no se llena ni un poco siquiera.
Se vuelve fanático de su religión y tampoco encuentra consuelo ahí porque su dios también lo rechaza, lo pone en contra de sí mismo, no lo baja de pecador, de oveja, le exige cosas que no puede lograr.
– Y de ese vacío vienen también la deshonestidad, la avaricia, la indiferencia.
– ¡Claro! El hombre no se respeta a sí mismo. Y ¿Cómo podría hacerlo? Desde su infancia le han inculcado que no vale nada, que no es nadie, que nunca lograra nada en la vida. – El que no se respeta, no respeta a otros.
El que ahora no se ama, no puede amar a otros.
– Hablan ahora de una crisis de valores. Lo que sucede es que al hombre se le ha inculcado una desconfianza total hacía él mismo. Los “valores” sociales son impuestos a la fuerza y, algo impuesto desde afuera, no se respeta.
Para que un código ético o moral sea válido tiene que salir del corazón y la conciencia de quien pretende seguirlo. Debe nacer en el respeto y el amor por uno mismo, no de la imposición y el miedo al castigo.
– Lo entiendo. Si me respeto a mí mismo, no robaré, no engañaré, no maltrataré a otros y no lo haré porque yo mismo he llegado a esa conclusión.
–  Y como el ser humano ve, que por más esfuerzos que hace, sigue sintiéndose mal acerca de sí mismo, se siente desesperado. Trabaja más, bebe más, tiene más relaciones destructivas, acumula más…
– Otro circulo vicioso.
–  Y, así las cosas, todos se aprovechan de él. Los publicistas vendiéndole cosas que no necesita, los líderes políticos manejando a las masas a placer; los líderes religiosos ganando más dinero y poder.
– Me estoy acordando ahora de esas personas que salen en la tele y adivinan el futuro y leen las cartas. Seguro ganan montones de dinero aprovechándose de lo perdida que se siente la gente.
– Y ¿Qué hay de las sectas y los predicadores? Esos también ganan costales de dinero valiéndose de, con perdón tuyo… la idiotez en la que está sumida la gente.
– Oye y ¿Qué tal de los que venden libros y cursos para ser excelente y altamente efectivo?
– ¿Los que venden fórmulas y jabones que te hacen bajar de peso milagrosamente?
– Ja, ja, ja. Sin hacer dieta ni ejercicio. Y que tal las empresas de multi-nivel que venden motivación y productos caros con la promesa de hacerte rico.
– Eso, y ¿Qué hay de todos esos que hablan de regresiones a otras vidas y todos los chamanes urbanos, los curanderos charlatanes y los que te hacen tu horóscopo?
– Ja, ja, ja, y ¿Qué hay de todo ese movimiento newage con sus explicaciones metafísicas de ángeles, cristales, imanes y maestros de luz y colores?
– Je, je, je, y ¿Los que venden amuletos o hacen “trabajos ” de brujería?
–  ¡Muy bueno! “amarre al amor de su vida” o “vuélvase irresistible al sexo opuesto.” ¡Oye! Los que venden productos para alargar el pene, o fajas para bajar la panza.
– Como no. Los que venden productos para que te salga el pelo otra vez o para que te dure bien dura toda la noche.
– Las cremas para blanquear la piel y productos para pintarte el pelo. Las rubias quieren ser morenas, las morenas pelirrojas, las blancas, bronceadas…
–  ¡Hey! Y ¿Qué hay de los líderes políticos que mandan a los jóvenes a morir y a matar habiéndoles de honor y deber y no sé cuántas idioteces?
– Ya te pusiste serio.
–  ¿Entiendes ahora que el hombre puede ser brutalmente manipulado y engañado por ese vacío que es la única y verdadera causa de su insatisfacción?
– Lo entiendo perfecto. A una persona que se siente bien acerca de ella misma, nadie le puede vender algo que no necesita y una persona que es feliz con su vida no hará algo que la ponga en riesgo.
Somos como un montón de mendigos. Pordioseros rogando la aprobación y el amor de otros. Pretendiendo que “algo” o “alguien” nos hagan sentir un poco mejor.
–  Eso es lo que te han hecho creer. Así han manipulado al hombre desde que empezó esta sociedad. La realidad es otra muy diferente:
La verdad es que eres un emperador. Naciste perfecto y sigues siéndolo. No naciste manchado por pecado alguno. No hay necesidad de cambiar, de mejorar, de lograr nada ni de probarle nada a nadie.
No necesitas seguir a otros y las únicas reglas válidas para ti, son las que tú mismo decidas seguir y que hayan surgido de tu amor por ti y por la vida y de tu estado de alerta.
No necesitas que nadie te guíe, tú eres un experto en tu propia vida. Tú eres el principio y fin de tu existencia. Tú eres el centro de tu propio universo. En ti está todo lo que necesitas y todas las respuestas.
El amor de la existencia por ti es total y absolutamente incondicional.
¿Cómo te lo explico?
La existencia te ama, te ama profundamente porque existes, porque eres parte de ella. No tienes que hacer nada para ser amado y eso no solo significa que todas tus, necesidades serán satisfechas sino que también todos tus deseos.
Para recibir su amor, necesitas solamente relajarte y confiar en la vida, soltarte y dejar de querer controlarlo todo. Abrir tu corazón a todos sus regalos.
Necesitas confiar en ti, y reconocer que tú eres la existencia. Sin ti, este mundo estaría incompleto, algo faltaría: un milagro, un ser maravilloso.
– Eso es tan hermoso pero… me es muy difícil sentirlo en mi corazón – le dije con ganas de llorar, al reconocer la verdad en lo que me decía y al sentir compasión por mí mismo.
– Claro que te es difícil. En tu vida nadie te ha aceptado. Nunca nadie te ha dicho que así como eres, estás perfectamente bien. Nadie te ha enseñado a relajarte en lo que eres y en lo que la realidad es.
Te han dicho que tienes que luchar por salir adelante, trabajar para ganarte un nombre, llegar a ser alguien en la vida.
Vives aterrado porque no confías en la existencia, por eso ahorras y acumulas, por si el día de mañana ya no tienes la capacidad de satisfacer tus necesidades; por eso pides y pides en tus oraciones, como si tú supieras mejor qué es lo que necesitas o como si la vida se hubiese olvidado de cuidar de ti y tuvieras que recordárselo; por eso quieres controlarlo todo, no eres capaz de relajarte y aceptar lo que la vida te presenta.
Nunca nadie te ha dicho que tú eres el amo de tu propia vida. Fuiste educado en el auto-rechazo, en el miedo, en amor condicionado. Desde el inicio te enseñaron a distraerte de ti mismo. Esa es la otra causa de todos los problemas del hombre:

Enfocar toda su atención hacia fuera, hacía lo externo. Eso es lo que le hace un mendigo.