Estás aprendiendo a ser diestro en el estado mental de la prosperidad. Este proceso de aprendizaje, como todos, tiene sus etapas.
La primera se llama «incompetencia inconsciente»y durante ella no sabes que no sabes.Es decir, ni te imaginas el significado de la prosperidad mental. Es una etapa inicial de desconocimiento absoluto; quien debe cambiar las cosas ni siquiera sabe que debe cambiarlas.
La segunda se conoce como «incompetencia consciente»; en ella reconoces tu estado de desconocimiento, pero no sabes cómo cambiarlo. Es decir, reconoces el anhelo y la incapacidad para atrapar tus sueños, pero no sabes cómo solucionarlo. Éste es el período en que más se aprende, dada la presión que provoca la insatisfacción, que puede ser productiva si sabes sacarle partido a tu malestar. Pero a la vez, en esta etapa es en la que más abandonos se producen por causa del desánimo.
La tercera es la «competencia consciente»; en esta etapa ya has aprendido y eres capaz de hacerlo de forma correcta, pero aplicando toda tu concentración cuando lo haces. Es decir, cada vez con más frecuencia piensas en términos de abundancia, pero a cambio de poner toda tu atención y todo tu esfuerzo.
La cuarta etapa se llama «competencia inconsciente»; en ella tu nueva habilidad es ya un hábito automático e inconsciente en tu vida. Ejecutas tu destreza con facilidad y sin ningún esfuerzo, conectas el «piloto automático». Tu mentalidad es próspera y catapulta tus propósitos sin esfuerzo aparente. Incluso puede parecer, a los ojos de los demás, que haciendo menos obtienes más.
La prosperidad también es un estado interior que debe manifestarse en tu vida como un hábito. Cuando aprendes a conducir un automóvil, debes concentrarte en cada maniobra. Pero cuando ya tienes experiencia, conduces de un modo inconsciente y eso libera, en parte, tu tensión. Al respirar, no te das cuenta de que respiras.
Es un hábito inconsciente y, por tanto, resulta más fácil hacerlo que no hacerlo.
Eso es lo que ocurre con muchas cosas.
Y no temas:
• La diversidad de sentimientos -del desánimo a la euforia- que te acompañarán en tu camino. Completan tu maravilloso mosaico emocional.
• Cometer errores. Sacar provecho de los fracasos forma parte del proceso natural de aprendizaje. (Recuerda lo que ya hemos dicho acerca del método de la prueba y el error.)
• Los problemas que sin duda surgirán; ninguno es tan inabordable como parece en un primer momento. Llegan a ti para ponerte a prueba y hacerte crecer.
• Ser incapaz o no ser merecedor de alcanzar tus deseos del corazón. Nadie puede hacerte fracasar ni hacerte sentir menos de lo que eres, salvo tú mismo.
• Llegar tarde, quedarte sin nada o que otros te arrebaten lo que te corresponde, porque siempre hay suficiente para todos.
Toma conciencia de tu prosperidad espiritual, mental y material. Y ábrete a cuanto esperas de la vida. Lo que hoy deseas está buscando ahora, en este mismo momento, el modo de llegar a ti: se está abriendo paso por entre tus experiencias para hacerse real en tu vida.
Al iniciar la lectura, estabas en el primer o tal vez en el segundo de los peldaños de esa escalera. Después de leer este manual, habrás alcanzado el tercer escalón. Y dentro de muy poco tiempo puedes estar en lo alto de la escalera…
Todo, como siempre, depende de ti.