Tercera parte de “El Método de los Deseos Cumplidos” (Artículo 4)

Elegido por un sueño
¿Elegiste tu sueño o fuiste elegido por él? ¿Elegiste leer este artículo o fue “él” quien te eligió a ti? ¿Aun crees que es una casualidad que esté en tus manos?
Muchas veces, las personas se consuelan pensando que los sueños, sueños son; y que está bien que así sea. Y algún día, con el paso del tiempo, se sorprenden preguntándose: ¿Es esto todo lo que hay? No permitas que eso ocurra contigo.
Pero hay más.
Ponte metas realmente grandes, apunta a las estrellas, al centro de la galaxia. Si no llegas, tal vez alcances la Luna. Tampoco está mal. ¡Ponte un reto duro!
Por alto que apuntes, el tamaño de lo que te propongas nunca excederá tus posibilidades reales. Si te consideran un loco, el tamaño de tu sueño es el apropiado. Vas por buen camino. Tómatelo como un cumplido pero no trates de convencer a nadie, la única persona que debe estar convencida eres tú. Eres amado, muy amado. El hecho de haber nacido es la prueba de lo muy amado que eres.
Los sueños se alcanzan a base de autoconfianza, empuje, compromiso y perseverancia, no de reconocimiento.
Puedes establecer una escala en el nivel de consecución que vaya desde el “mínimo aceptable” hasta lo que sería un “resultado de escándalo”.
Un rango bastante amplio.
Toma nota: cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le entrega un sueño. En la naturaleza humana está el soñar despierto; y el soñador se convierte en su propio sueño cuando lo abraza, se funde en él… y entonces son una misma realidad. Con estas palabras solo deseo provocar tu mente a imaginar, imaginar, imaginar…
Descubre quién eres honrando lo que iluminaría tu vida como ninguna otra cosa. Deepak Chopra, escribió; “¿Quién soy?, eres la totalidad del universo actuando a través de un sistema nervioso. ¿De dónde vengo?, vienes de una fuente que nunca ha nacido y que nunca desaparecerá. ¿Para qué estoy aquí?, para crear el mundo a cada momento”. Vale la pena volver a leerlo.
Y si no estuviéramos aquí, en este preciso instante, una parte de él se desvanecería como si nunca hubiese existido. No es una metáfora.
Da prioridad a lo importante
Algunos se quejan de que lo urgente les impide ocuparse de lo importante. En su equipaje acomodan primero los “bultos pequeños” y cuando tratan de colocar la “gran maleta” se dan cuenta que no queda espacio. ¿Por qué no dieron prioridad a lo importante? Esta situación se repite tantas veces que parece inevitable y se acepta sin más.
¿Cuál es tu gran maleta?
Los arquitectos de sus sueños empiezan por lo primero y se ocupan de lo importante.
Pero:
Cuando se pierden en lo urgente, son bomberos de sus incendios. Al final, apagan muchos fuegos pero no habrán prendido la hoguera de la pasión. Tal vez se sienten valorados aunque en el fondo no se sienten valiosos.
Este es mi pequeño secreto para gestionar las urgencias. Discrimina preguntándote: ¿Esto me aleja o me acerca a mi objetivo? Déjalo reposar unos días en el cajón. Es curioso. Tras un poco de tiempo, verás como la prisa se disuelve, el mundo no arde y todos lo olvidan.
Usa, antes que la experiencia, tu imaginación para definir qué quieres. Ponte en marcha y pregúntate: ¿Cómo puedo disfrutar y a la vez hacerlo real? Y después, no te detengas, persevera. Ten paciencia y sigue insistiendo hasta que suceda. ¿Hay algo mejor que puedas hacer con tu vida? La perseveranciacompensa cualquier tipo de carencia. “Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia”. Una idea muy democrática porque pone el éxito personal al alcance de todos.

Talento aplicado
Todos tenemos un talento u otro. Y todos podemos ofrecer a los demás algo útil y valioso en algún aspecto concreto. Pero no todos están dispuestos a pagar el precio de desarrollarlo. ¿Puedes creerlo?
Si estás dispuesto a pagar tus precios, vamos a ver cuál es tu talento natural. Es una buena oportunidad para averiguar quién eres y de qué material estás hecho. Si no estás dispuesto a pagar tus precios, tal vez debas leer otros libros antes de este material.
Resulta que las cualidades que admiras en otras personas son el reflejo de tu propio talento que busca el modo de expresarse a través de ti.
¿Cómo sino ibas a reconocer una cualidad en otra persona? Si puedes apreciar en los demás un rasgo es porque lo posees también. De no ser así, no podrías siquiera verlo. Otro asunto es que la hayas desarrollado o no.
¿Eres consciente de tus habilidades? Escucha a tu corazón, pregúntale qué le hace sonreír. Sé un “explorador” en tu propia vida. Después, desarrolla tu talento singular. Es algo que te resulta tan sencillo que supones que también lo es para todo el mundo. Pero que te resulte sumamente sencillo no significa que carezca de valor.
Pregúntate qué te hace feliz. Revélate a ti mismo, pasa una jornada explorando los deseos de tu corazón. En tu corazón habita un sueño.
Late en él. Averigua cual es. Despréndete de tus temores para ver qué hay detrás y cuando te alinees con tu propósito, brillaras con luz propia.
“No intentes convertirte en hombre exitoso, mejor intenta volverte un hombre valioso”. No es mío, es de Albert Einstein.
Desata el poder de tus dones. Ya sé, me estoy poniendo filosófico; aun así, desátalo.
Por desgracia, “Llegar a ser bueno en algo” es la asignatura que más se echa de menos en los planes educativos. Tengo una pregunta que puede quitarte el sueño: ¿Hasta qué punto quieres ser bueno?
Tu don natural es un regalo tanto para ti como para los demás y por esa razón te fue otorgado. Eres la única persona que puede utilizar tu talento. Pero sólo una de las muchas que pueden beneficiarse de él. Cuanto más te aplicas a él, más se perfecciona. Incluso despierta en ti otros talentos relacionados a los que tal vez antes no prestabas atención. Por desgracia, lo contrario también es cierto: cuando menos lo usas más se pierde.
La que amas es aquello para lo que tienes talento. A eso se reduce todo.
Te haré una confesión, yo era de los que creían que el talento está en los genes, hasta que cambié de opinión. Las habilidades nunca están “terminadas”, se desarrollan a diario. Por esa razón, un don se expresa cuando te centras en trabajar en él, no antes. El talento es un regalo que tú mismo te ofreces cuando creas lo que desea ser creado a través de ti.
El talento ayuda, pero la determinación consigue más. Quiero que sepas que los sueños no se construyen a partir de un golpe de genialidad, sino a fuerza de corazón. Y eso es algo que todos tenemos. La materia prima de la que están hechos los sueños es amor en acción, y está a disposición de cualquiera de modo ilimitado.
Déjame ponerlo claro: el éxito es para los que están dispuestos a hacer lo necesario, aplicando su poco o mucho talento, durante el tiempo que haga falta. Punto.
No temas prodigarte, no es a ti a quien corresponde administrar tu talento. De allí de donde proviene, no existe nada parecido a la escasez.
Si lo dosificas, no lo ahorras; más bien desaprovechas una oportunidad para extenderlo.
Los cinco pasos (y medio) que siguen te ayudaran a tomar posesión de tu talento particular:
1.     Piensa en alguien que admires por su talento.
2.     Acepta que ese talento ya está en ti (si no, no le concederías ningún valor).
3.     Recuerda una ocasión en la que expresaste ese mismo rasgo (aunque sea en grado menor).
4.     Elije un contexto para volver a manifestarlo de nuevo.
5.     Ponlo al servicio de los demás y oriéntalo a mejorar sus vidas.
½   Disfruta (y los demás también disfrutarán).

No juzgues el primer resultado, el talento se perfecciona día a día. Se toma su tiempo. Así es como ha ocurrido en el cien por cien de las personas que admiras por sus logros. Cuando empezaron, sus resultados estaban muy por debajo de lo esperado; pero insistieron y sacaron su talento adelante.  Hazlo tú y te convencerás.