Coaching con “C” mayúscula y “c” minúscula

Históricamente, el Coaching ha estado típicamente enfocado hacia la consecución de mejoras con respecto de la realización de comportamientos específicos. Un Coach efectivo de este tipo (de voz, de actuación, de béisbol, etc.) observa el comportamiento de la persona, le da su aprobación y le orienta sobre cómo mejorar en situaciones y contextos específicos. Esto implica promover el desarrollo de la competencia del comportamiento de la persona a través de la observación cuidadosa y la retroalimentación.
Sin embargo, el Coaching que promueve el cambio generativo debe proporcionar apoyo a diferentes niveles: conductas, capacidades, creencias, valores e incluso identidad. Nos referimos a este tipo de Coaching como Coaching con “C” mayúscula.
El Coaching con “c” minúscula está más centrado en el nivel de conducta y hace referencia al proceso de ayuda a otras personas a conseguir o mejorar un rendimiento determinado en su comportamiento. Los métodos de Coaching con “c” minúscula derivan principalmente del modelo del entrenador deportivo, que promueve la toma de conciencia de los recursos y las capacidades, así como el desarrollo de una competencia consciente.
El Coaching con “C” mayúscula implica ayudar a las personas a obtener resultados efectivos a varios niveles. Enfatiza el cambio generativo, se concentra en el fortalecimiento de la identidad y los valores, en hacer realidad los sueños y metas, abarcando las técnicas del Coaching con “c” minúscula e incluyendo mucho más.
Esta es la tendencia del Coaching de tercera generación ya que también la profesión del Coach Profesional ha evolucionado. 


(Mañana te compartiré más al respecto: “COACHING PARA LA VIDA DIARIA”)