Sexta parte de “El Método de los Deseos Cumplidos” (Artículo 1)


¿Qué elijo hacer y cuando lo haré?
Abrirse a lo nuevo
Uno de los principios del milenario arte del Feng-Shui es: si deseas que algo nuevo llegue a tu vida, antes deberás hacerle espacio, despejarle el camino. Contundente.
Menos es más. Lo cual significa: menos de lo que no deseas es más de lo que quieres. En otras palabras, soltar aquello que ya no le “habla” al corazón, es la obra maestra de la coherencia.
Por desgracia, en occidente no hay una cultura del desprendimiento sino de la acumulación.
Incluso de la acumulación de lo que ya no sirve.
Aplico el Feng-Shui a la escritura: menos palabras, más significado.
Abrirte a lo nuevo supone desvinculación con lo viejo. Puede parecer una pérdida pero es momentánea. Una mano llena no puede recibir nada nuevo en su palma. Si deseas algo nuevo en tu vida (sea una relación, un trabajo, independencia financiera, un nuevo estilo de vida, o lo que fuera) antes deberás hacerle espacio.
La intención solo puede centrarse en una cosa a la vez y mientras este fijada en la ausencia de lo deseado es literalmente imposible manifestar su presencia, Esto puede aplicarse a todos los aspectos de nuestra vida.
El Feng-Shui te enseña a crear un estado, tanto interior como exterior, de apertura a la totalidad de las posibilidades. Renovar es una tarea que debe hacerse regularmente. Consiste en soltar todo aquel o que ya no le hable al corazón. Eso incluye tanto creencias, hábitos, posesiones materiales, emociones, relaciones y amistades.
Menos de lo que no deseas significa más tiempo y energía disponible para lo que deseas. Dos ejemplos. Uno: cuando no se tiene que ir a trabajar para ganar dinero se obtiene tiempo y energía para pensar en cómo hacerse rico. Dos: cuando se renuncia a una relación de pareja insatisfactoria se obtiene libertad y energía para atraer una relación más satisfactoria.
Toma un curso (o dos) de Feng Shui; y si te lo aplicas, te garantizo cambios importantes en menos de tres semanas.
Prepárate para el éxito
En la vida es preciso prepararse para conseguir cualquier cosa.
El doctor Lair Ribeiro, autor de diversos best sellers, suele afirmar que el éxito es la combinación de preparación y oportunidad.
Analogía: prepararse es afilar el hacha, la oportunidad es el árbol. A. Lincoln dijo que si dispusiera de ocho horas para cortar un árbol, dedicaría seis a afilar el hacha. Yo mismo dedico nada menos que media jomada a prepararme, durante media vida.
Pero veamos algunas pautas enfocadas a “afilar el hacha”:
Programa de mejora continúa
Lo primero es integrar en tu vida el aprendizaje para estar en la vanguardia de tu campo. Tu compromiso no solo debe establecerse con los resultados, sino con tu mejora continua.
Desde luego, no podrás mantenerte al día de absolutamente todo lo que ocurre en tu actividad o sector. Pero ello no impide que no dejes de aprender ni un solo día de tu vida. ¿Cuánto tiempo de tu jornada es para aprender?
La lectura
Si lees un mínimo de un libro por semana, te aseguro que en cinco años serás un auténtico experto en tu materia favorita. Hoy en día, la información que buscas está en alguna parte. Una hora al día te bastara para pertenecer al diez por ciento de referencia en tu sector.
La diferencia entre las personas que leen y las que no leen es la misma que hay entre ir en bicicleta o en avión. Si vas a decir que no tienes esa hora para ti, entonces tienes problemas. Y de los gordos.
¡May-Day May-Day!
Llevo más de 35 años leyendo libros de superación personal de modo intensivo en lo que he invertido miles y miles de pesos. Cada mes leo, como mínimo, un libro completo y uno resumido. A veces más. Para mi dejar de aprender es empezar a morir. Mi mayor riqueza es el conocimiento; y la peor pobreza, la ignorancia.
Hay una gran recompensa en la lectura y es que expande en pensamiento. Cuando, a través de la lectura, compartes el pensamiento con un autor, el tuyo alcanza el suyo. Los libros con el grueso de mi presupuesto y también mi regalo favorito. Me encantaría recibir por correo electrónico, tu recomendación. ¡El libro que más te haya influido!
Aunque establecer este hábito de lectura intensiva pueda parecerte una meta inalcanzable, te aseguro que si inviertes en tiempo de lectura, te adelantarás a tu tiempo. Pronto, te acostumbrarás a mantener incluso varias lecturas a la vez. Lo siguiente que ocurrirá es que ya no irás a ninguna parte sin llevar un libro contigo.
Los cursos
¿Tienes un presupuesto mensual? Si no es así destina una cifra anual a ese fin. Si participas con regularidad en buenos seminarios y cursos, aprenderás de primera mano de quienes están al día y son expertos en su materia. Hoy tenemos acceso a personas preparadas y expertas en cualquier campo, ¿Aprovechamos ese privilegio?
Recibe un curso, o dos, o tres, de destreza comercial y financiera. Todos vendemos y todos manejamos dinero, es inevitable; y sin embargo, nunca hemos sido entrenados en estas competencias. Es la mejor inversión que he hecho en mi vida: aprender de cualquiera que tenga algo que enseñarme.
Un ejemplo de dos personas muy diferentes: la primera persona se gasta algunos cientos de pesos en unos zapatos que, acabados de estrenar, han perdido todo su valor y que en un año acabarán en la basura. La segunda persona invierte esos cientos de pesos en un buen seminario (sobre comunicación, ventas, marketing personal o sobre inversión y finanzas personales); con lo aprendido genera una cifra exponencial que reinvierte, y con una pequeña parte de lo ganado se da el lujo de comprar esos mismos zapatos, ¡O unos más caros!
Un simple seminario de un fin de semana para el desarrollo personal puede marcar un antes y un después.

Las conferencias
Asiste a encuentros y conferencias. Te facilitarán recursos, contactos con personas con intereses comunes. Los buenos conferenciantes son generadores de entusiasmo. Puedes preguntarle al orador acerca de sus propias experiencias, incluso pedirle que comparta contigo sus fuentes y sus referencias. Seguro que te atenderá encantado, pues a todas las personas le gusta hablar de aquello que conocen bien.
Los referentes
Aprende la excelencia de quienes la demuestran. Busca tus referentes en tu campo de interés. Piensa en tres personas que admires. No importa si son reales o ficticias y anota las tres cualidades que más admiras en ellas. Desarrollar en ti las nuevas cualidades son la misión de tu alma; y tu proyecto, el vehículo para lograrlo.
La práctica
Por último, si combinas todo lo aprendido con la experiencia, transmutarás información en conocimiento. La diferencia entre una persona informada y otra experimentada es abismal. Su presencia transmite una clase de energía completamente diferente. Sabio no es quien todo lo sabe, sino aquel que sabe muy bien lo poco que sabe. Práctica, practica, practica…
La conclusión
Lee libros editados en tu país y si puedes en el extranjero (así practicarás un segundo o tercer idioma). Escucha CD motivacionales regularmente. Haz cursos de desarrollo personal y profesional. Asiste a conferencias. Busca tus referentes. Y práctica. Invierte en el activo más poderoso que posees: tu mente.

La que sigue es una de mis citas favoritas: “Si piensas que la formación es cara, prueba con la ignorancia”, Benjamín Franklin. La diferencia entre quien es simplemente bueno y quien es realmente grande no es tanta como puede parecer, pero es lo que marca la diferencia.