Sexta parte de “El Método de los Deseos Cumplidos” (Artículo 3)

La agenda de tu sueño
Muchas agendas parten de lo pequeño para llegar a lo grande. De tal modo que no adquieren perspectiva y se pierden en las tareas del día a día. Los arboles no permiten ver el bosque. Te propongo lo contrario parte de lo grande y dirígete hacia lo pequeño. Pregúntate: ¿Qué haría una persona que desea conseguir este objetivo?
Algunas actividades responden al mandato “¡Debo hacerlo!” y no a “¿Necesito hacerlo?”. Pregúntate más bien: Esta tarea ¿Qué resultado crea? Es sorprendente la cantidad de cosas que se hacen y que no conducen a nada importante. Y más sorprendente aun es cuanto esfuerzo se prodiga por hacer bien ¡lo que no se debería estar haciendo!
Tengo una fórmula de cuatro palabras: ocúpate de lo que cuenta. Lo importante es grande, lo urgente es pequeño. ¿Exagero? Tal vez, pero dedícale a lo urgente no más de un 20 por 100 de tu jomada laboral. Eso significa una hora y media siendo generoso. ¿Qué hacer con el resto de “urgencias”?, dejarlas para el día siguiente. Comprobarás como muchas dejaran de serlo porque en realidad no eran ni siquiera importantes.
Tengo cuatro buenas preguntas que te ayudaran a programar tu cita en la cima:
1.  ¿Qué es importante en este momento? Establece tus valores.
2.  ¿Qué es lo que en realidad deseo? Establece tu objetivo.
3.  ¿Qué lo haré una realidad? Concreta tus acciones a corto, medio y largo plazo.
4.  ¿Cuáles llevaré a cabo y cuándo? Especifica tus tareas y asígnales fechas.
Regálate una libreta (mi herramienta favorita). Anota en ella tus logros para poder releerlos a menudo, por pequeños que sean. Escribe cosas que hayas conseguido en cualquier aspecto de tu vida, ya sea profesional 0 personal. Escribe también tu siguiente desafío y conviértelo después en tareas dentro de tu agenda.
Una de las cosas que reduce el nivel de eficacia es mantener muchos temas abiertos sin concluirlos. Es agotador no acabar las cosas empezadas. Analogía informática: cuando abres muchos programas y archivos en tu ordenador el rendimiento baja notablemente.
De modo parecido, cuando la mente mantiene diferentes unidades de atención abiertas hace que el rendimiento descienda, incluso puede llevar al colapso. Mi sugerencia es: cierra cuantos más temas mejor para concentrarte en tu siguiente paso.
Cuando trabajes, concéntrate en lo que hagas. No aceptes distracciones. La palabra clave es concentración. Un solo proyecto sobre la mesa, el más importante. Hay sitio de sobra en los es para el resto… invierte tiempo en lo extraordinario y retírate de lo ordinario. Ahora, ¿Sabes cuáles serán tus tareas de mayor valor?
Realiza las tareas incomodas antes que las cómodas, porque una vez realizadas, disfrutarás más de la jornada. Y cuando abordes las tareas incomodas, descubre un modo de disfrutar de ellas.
Un proyecto tiene dos tiempos el “tiempo vertical” y el “tiempo horizontal”. El primero es la parte del día que te ocupa. El segundo, los días que te toma concluirlo. En buena lógica, a mayor tiempo vertical, menor tiempo horizontal. Y viceversa.
Y algo más: tu tiempo horizontal puede transcurrir en dos sentidos: hacia delante o hacia atrás. Si te ocupas en tu propósito, avanzas. Si lo que haces te aleja de él, retrocedes. En inglés, la palabra vivir –Live– si se escribe al revés —Evil— significa “mal”. Juego de palabras: el mal esta en vivir la vida al revés.
Ya que menciono la vida revés, en el libro A través del espejo de L. Carroll, Alicia escucha a la Reina afirma:“Aquí como ves, necesitas correr con todas tus fuerzas para permanecer en el mis sitio. Si quieres ir a otra parte, tienes que correr al menos el doble de deprisa”. Así pues, tu decide, ¿Deseas avanzar a la velocidad de una bicicleta —10 km/h— o a la velocidad de un jet  1,000 km/h?
Acción inmediata
Si elegiste este libro entre tantos como se publican cada año tal vez se deba a que sientes que ha llegado el momento de vivir una gran aventura. Si es así, nada más inevitable. Y sin embargo podría ocurrir que desconozcas por dónde empezar. ¿Qué tal si empiezas por el principio, sigues por el medio y acabas por el final?, como se le recomienda a Alicia, en el País de las Maravillas.
Muchas personas (la mayoría) esperan el “momento perfecto” para pasar a la acción, aguardan a que todo encaje, que llegue su año propicio, o que los astros se alineen… y así se les pasa la vida esperando una “Señal” que nunca llega. Esta es una propuesta potente:
Vive la aventura, no la sueñes.
No hace falta que lo sepas todo para empezar pero si es necesario que empieces. Una acción revela la siguiente acción, un paso el siguiente y una cosa lleva a otra. Un día cada vez es suficiente.
Esta es la Constitución del cosmos: pasa a la acción inmediata.
Por el momento, olvídate de conocer de antemano los pasos que te conducirán a tu cima. Se revelará en su justo momento, ni un minuto antes ni uno después. Por ahora, basta con “estar dispuesto a hacer lo necesario cuando sea preciso el tiempo que haga falta”.
Hay algo mágico en la acción y es que cuando actúas piensas mejor. Yo suelo practicar lo que llamo meditación en movimiento. Hago deporte porque el ejercicio me ayuda a crear o solucionar asuntos importantes. No se trata de pensar más, sino de pensar mejor.
Las personas que manifiestan sus deseos, y que permiten que los milagros ocurran a través de ellas, actúan. Se levantan y hacen cosas, se ponen en movimiento. La acción es muy satisfactoria en sí misma. Por el contrario, las personas que piensan más que actúan sucumben bajo el peso de su propia mente. He comprobado que ¡Pasar a la acción trae mucha suerte!
Una vez en movimiento, por la ley de la inercia, mantener la velocidad requeriré un esfuerzo mucho menor. Un avión comercial consume la mayor parte de su combustible en la maniobra de despegue; una vez ha alcanzado los ocho mil metros, mantener su velocidad de crucero supone un consumo comparativamente ridículo.
Actúa ahora éste es el momento ideal.
No importa si nunca lo inteste, ahora es ahora
Como estoy seguro ya sabrás que resultados pasados no condicionan resultados futuros a menos que insistas en hacer lo de siempre con lo cual no obtendrás nada diferente.
Ahora es ahora, entonces era entonces.
Empieza en este momento, no dispones de otro.
A los humanos nos gusta repetir comportamientos. Incluso acentuarlos cuando han demostrado sobradamente que no funcionan. ¿Cuántas veces has repetido lo que falló una primera vez? ¿Y una segunda vez? ¿Estás dispuesto a probar lo que nunca has intentado?
Tu mayor tarea en este momento consiste en hacerte cargo de tu vida y recuperar tu poder personal. Nadie va a darte tu poder, tú tendrás que extraerlo de tu interior. Nómbrate “Director General” de tu vida y toma las primeras decisiones ejecutivas. Es hora de olvidarse de lo que fue o de lo que siempre ha sido, para centrarte en el qué a partir de hoy.
He conocido a personas que ignoraban que su anhelo tenía como fin último la transformación de la conciencia… ¡a través de la práctica! Como se resistieron a convertirse en alguien mejor, ellos mismos se negaron su propio deseo.
Cuanto mayores son los cambios externos deseados, mayor la transformación interior para lograrlos. El paradigma “de dentro afuera” —todo cambio externo se inicia después de un cambio interno— ya nadie lo discute aunque muy pocos lo tienen en cuenta. La transformación no está en tierras extrañas sino en uno mismo.
Aplicar “El Método de los Deseos Cumplidos” va a requerir todos tus recursos internos. Si sientes que aún no cuentas con esa fuerza interior, concédete tiempo y reúnela. Precisarás una gran dosis de autoconfianza para pasar de tu actual realidad a la nueva.
El trapecista suelta un trapecio y se lanza al vacío en busca del siguiente trapecio. Durante unos instantes no se sujeta a nada salvo a su confianza. En los grandes cambios de la vida hay un tiempo en el que lo anterior ya no está y lo nuevo aún no se ha manifestado. Es un tiempo en el que parece que nada ocurre. Se parece mucho al vacío, pero es un vacío con potencial.

Durante ese periodo de incertidumbre la transformación personal está garantizada.